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La Nación (Mauro Apicella)
Alan Plachta y un grupo de las dos orillas presentaron su producción discográfica Por Mauro Apicella para LA NACION
Colectivo Argentino Uruguayo, de Alan Plachta / Músicos: Dani Mormandi y Samantha Navarro (voces), Tomás Babjaksuc (bateria), Carlos Alvarez (contrabajo), Richard Nant (fliscorno), Juan Pablo di Leone (flautas), Damián Fogiel (saxo tenor), Martin Pantyrer (clarón), Diego Schissi (piano), Alan Plachta (guitarra y dirección musical). Invitado: Lucho Güedes. / Café Vinilo , el jueves.
Nuestra opinión: bueno.
Con un disco recién salido del horno, el Colectivo Argentino Uruguayo que comanda el guitarrista, compositor y arreglador Alan Plachta dio un concierto el último jueves, en Café Vinilo.
El proyecto que tomó forma de CD y de concierto es una muy buena idea que va más allá del hecho de que haya artistas nacidos en ambas orillas del Río de la Plata. Es buena porque tanto las composiciones como los músicos que las interpretan son buenos. Hay, detrás del conductor, un seleccionado de instrumentistas que además de tocar bien son ingeniosos y capaces de hacer aportes al conjunto. Un colectivo que sale y llega adonde tiene que llegar.
El disco está terminado y publicado; un primer capítulo cerrado. Lo que suena en constante proceso de cocción es el hecho artístico en sí que se genera sobre el escenario. Hubo varios momentos en el concierto del viernes en los que le faltó un toque más sanguíneo o, ya que la comparación fue por el lado de lo culinario, un poquito más de cocción hasta llegar al punto caramelo que el Colectivo necesita y que sí logró en los últimos temas de su lista y en el bis.
La idea de colectivo musical sugiere eclecticismo y en este caso no hay excepciones. La primera virtud para destacar del proyecto es la facilidad para alcanzar una sonoridad que termine siendo afín a músicas muy diferentes. Se incluyen temas de Alfredo Zitarrosa, Daniel Viglietti, Jaime Roos, Hugo Fattoruso, El Príncipe y Beto Satragni, junto con obras de algunos de los integrantes de este colectivo (Navarro, Mormandi y Plachta, entre otros). Mientras que en el disco son mayoría los autores de la República Oriental, en vivo el repertorio es más amplio y puede contener canciones que los cantantes ya incluyeron anteriormente en sus álbumes como solistas. De ahí que esto se convierta, casi sin excepciones, en la versión Colectivo Argentino Uruguayo de algo que, tiempo atrás, fue gestado para otra cosa.
Para saber de la influencia que Plachta tiene de la música académica no es necesario leer su currículum: alcanza con ver cómo apoya sus manos sobre las cuerdas de nylon de su guitarra. Eso dice mucho. También habla de su criterio para dirigir la pequeña orquesta, la minuciosidad en el trabajo de cada músico y el empaste sonoro, todas cuestiones aplicadas desde un marco camarístico a obras que, en su mayoría, son canciones (es decir: estrofas y estribillos).
Como la materia prima que utiliza el Colectivo es música popular, surge esa necesidad de lo sanguíneo en la interpretación que algunas veces pudo estar un poco contenido, en este último concierto. Lo que no quiere decir que el grupo no esté habilitado y capacitado para sonar pletórico (como lo hizo con temas como «Arenal», «Duérmase la mamá» y «Noviembre», entre otros) y con todos los recursos de los solistas o las secciones. Se nota la habilidad para desarrollar los espacios y tiempos que se merece una magnífica sección de vientos (clarón, flügel, saxo y flauta), o un solo con elementos minimalistas en el piano del brillante Schissi, entre muchas otras intervenciones de los integrantes. El trabajo vocal de músicos estables e invitados no fue parejo ni virtuoso, pero eso no implica nada definitivo. Se trata de un trabajo cooperativo, por eso los condimentos y la cocción pueden ser distintos en el disco y en las próximas presentaciones. Hay que seguir el rodar de este colectivo..
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